Sophia, de 4 años, tenía problemas para dormir. Era temperamental y corta con su hermano menor, Gregory. Se negaba a dormir sola y se despertaba con miedo.
Olivia, de 7 años, tenía problemas para prestar atención en la escuela. Sus profesores enviaban a casa notas sobre su falta de concentración. A veces gritaba en sueños.
Como muchos otros niños del norte de California, las vidas de Sophia y Olivia se vieron alteradas por los destructivos incendios forestales que arrasaron la región el pasado octubre. Ambas niñas perdieron sus casas en el barrio de Coffey Park de Santa Rosa.
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DANNY MUELLER | EL DEMÓCRATA DE LA PRENSA